La evolución de la gestión empresarial – la búsqueda incesante de los mejores resultados sostenibles

Todos los movimientos de estructuración de empresas y creación de la administración científica moderna tuvieron su punto de partida en la mitad del siglo XVIII con un fenómeno responsable por significativos cambios sociales y económicos: LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.

La revolución industrial trajo un nuevo concepto de trabajo, que se llamó resumidamente de “línea de producción”. Los trabajos fueron divididos en varias etapas y ejecutados por agentes diferentes, al contrario del período anterior, en donde un único operario era responsable por la producción de cada unidad de un producto.

Sin embargo, no solamente los puntos positivos prevalecieron, pues también fueron identificados algunos efectos adversos en este tiempo:

Las empresas crecieron aceleradamente, sin organización, haciendo que sus gestores casi no tuviesen tiempo de eliminar los síntomas de tantas anomalías. En otras palabras, los gestores se convirtieron en grandes “extinguidores de incendios”, sin tiempo para mejorar las operaciones en curso. Las empresas no lograban un ritmo.

La necesidad de mayor producción era el punto fundamental, pues era necesario crear más empleos para compensar los que fueron eliminados con el invento de las máquinas. Además de eso, paralelamente el consumo también aumentaba;

Nuevos participantes llegaron para disputar una parte del mercado que ya estaba ocupada, por lo tanto, era esencial que los temas de productividad y reducción de costos estuviesen siempre presentes para hacer frente a la competencia emergente.

Por esa y otras razones, da inicio la moderna administración a fin de combatir los indicios de la mala gestión, visibles fácilmente y dándoles destaque, una vez que el cliente comienza a ser más exigente en cuanto a precio y calidad.

Pasados algunos años, nuevos escenarios comienzan a amenazar la permanencia en el mercado de varias empresa de diversos sectores. Podemos citar, entre otros:

  • Amenazas de la competencia lanzando productos más modernos;
  • Guerras fiscales llevando muchas empresas a perder su competitividad;
  • Dificultades burocráticas dificultando el comercio externo y elevando los costos;
  • Avances tecnológicos tornando el proceso productivo obsoleto y consecuentemente, más costoso.
  • Costo de la mano de obra cada vez más alto debido a los beneficios concedidos;
  • Impuestos en nivel ascendente.

Toda esta configuración empieza a justificar la necesidad de mejorar la estandarización de los procesos y sus controles, perfeccionar la gestión de la rutina, entrenar el equipo, no solamente buscando la productividad, sino también para patrocinar el crecimiento del ser humano. Eso hizo que los empresarios invirtieran mucho recurso financiero en equipos propios o por medio de consultorías especializadas en búsqueda de la Excelencia Operacional o de la implementación del Control de la Calidad Total.

La inexistencia de controles efectivos sobre el movimiento diario de la caja y bancario, valores a pagar y a recibir, gestión de stocks, ingresos y gastos mensuales, deja de generar información indispensable para la toma de decisiones, conllevando a dificultades financieras, pues generalmente las decisiones son tomadas sin análisis profundos y sin planeación adecuada.

El efecto adverso de este sistema de gestión ineficaz con relación a la gestión financiera es que la mayor parte del tiempo y energía del administrador está dedicada a eliminar crisis, es decir, él pasa a tener dificultades para administrar sus cuentas.

Los controles son importantes para la gestión del día a día de la compañía, principalmente porque son ellos los que generan la información necesaria para sostener la gestión empresarial.

La salud financiera de la organización es el punto focal para el éxito, pues proporcionará el capital necesario para las actividades operacionales de la empresa, como recursos para financiar a los clientes por ventas a plazo, para mantener stocks de materias primas, productos en proceso y productos acabados, liquidez para pago a los proveedores de materiales y servicios, para pago de impuestos, sueldos y demás gastos operaciones de la empresa.

El administrador debe considerar en su desempeño diario las situaciones de origen y aplicación de recursos, no dejando de considerar que todos los recursos son caros y escasos y, por lo tanto, su aplicación debe ser suficientemente estudiada para traer los retornos deseados sobre el capital invertido.

Las cuentas financieras mueven el día a día de la compañía, evidenciando un ciclo de causa y efecto a saber:

  • Ventas a plazo que exigen recursos para financiar a los clientes compradores y alternativamente, si compramos a plazo tenemos la financiación total o parcial, de los stocks por parte de los proveedores.
  • El pago a plazo de los servicios de energía, impuestos, sueldos y otros que son financiados por sus proveedores.
  • Mantener stocks, en cualquier etapa del proceso, exige recursos para financiarlos.

El mundo contemporáneo de los negocios exige la comprehensión de los objetivos, de la visión, de las actividades y de los resultados de las empresas, así como de las influencias recibidas de los ambientes interno y externo.

El análisis financiero de una empresa consiste en un examen minucioso de los datos financieros disponibles, así como de las condiciones internas y externas que afectan financieramente la compañía; es una herramienta que nos auxilia en su evaluación.

La contabilidad es el idioma de los negocios y los estados contables consolidados son los canales de comunicación que suministran datos e información para diagnóstico del desempeño y salud financiera de la empresa. Por esta razón, la elaboración de estos estados contables de manera tempestiva es parte del éxito.

La administración financiera reúne el conjunto de actividades relacionadas a la gestión de recursos financieros de la organización. Las funciones esperadas del administrador financiero son, entre otras:

  • Análisis, planeación y control financiero;
  • Toma de decisiones de inversiones;
  • Toma de decisiones de financiación.

Para la administración financiera, el objetivo de la empresa es la maximización de la riqueza de los inversionistas, es decir, la maximización del valor de mercado de la organización y rentabilidad del capital invertido.

Todo eso lleva a las empresas a buscar el perfeccionamiento de la gestión con enfoque en resultados, con identificación de oportunidades de mejora que muestren donde la gestión necesita actuar, ya sea en la optimización de sus procesos, o en la correcta y eficaz administración financiera y sin descuidar el desarrollo de los recursos humanos.

Erico Barros

Erico Barros

Conselheiro e sócio do Aquila, é administrador com especialização em economia e finanças pela University of Cambridge e avaliação de negócios governamentais pela USP. Participou do Program for Management Development da Harvard University e integrou a 1° missão de executivos brasileiros ao Japão, em 1991. Atua há mais de três décadas com a gestão de organizações de diversos segmentos. Autor do livro técnico, Análise Financeira – Enfoque Empresarial (2016).

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